Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaria escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo. SALVADOR ELIZONDO, El Grafógrafo.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Fiascos regalones

Cuánta razón tenías, señor Freud. Tanta puede ser su complejidad, la ‘especial’ naturaleza, tan… tan complicadas que te pueden llevar a un coágulo cerebral. Continúa carcomiendo mi pensamiento tus palabras. Tú, en tu vasto conocimiento del tema, llegaste a una conclusión que, con la situación en la que me encuentro, la adopto como la más genuina de las verdades.

Creo que, desde el principio, no debí meterme en estas cosas. Comprometerse sobre asuntos que uno desconoce son avientos muy atrevidos y aventuras poco sensatas. Echando a perder se aprende, dicen; pero en estas lides, solo basta la más mínima equivocación en la primera oportunidad para que pases a mejor vida. No es que esté siendo exagerado, o tal vez sí; es que la circunstancia lo amerita. No es fácil darle en el clavo, en la yema del gusto. Duda tras duda me zarandea tanto que, al final, termino nuevamente en el principio, en nada. Me parece que depende mucho del momento que están pasando, eso tiene mucha relevancia en sus estados de ánimo -ya me fregué, esto es para fines de mes-.

No es que sea la primera vez, ya hubo otras anteriores. La diferencia está en que antes la cosa fue entre varones. Entonces, fue más fácil. Entre nosotros no podemos fallarnos, nos conocemos, sabemos con qué estamos tratando y cómo darnos satisfacción. Aunque, para ser sincero, se siente extraño, como incomodo. El dar y el recibir, los abrazos en sí, se sienten raros. El contenido que ellos conllevan, me parece, que es lo transforma el detalle. Pero luego esa fastidiosa sensación se disipa al descubrir la ofrenda que tienes delante de ti. Una grata sorpresa y un momento feliz están asegurados. Pero tampoco puedo decir que lo encuentros mixtos fueran malos. Existen damas que, pareciese, se olvidan por un momento de su pensamiento femenil y adoptan uno masculino. Se ponen en nuestros zapatos, atinando en lo que más nos gusta. Al igual que nosotros, para ellas, también, no debe simple. Sin embargo, las hay, como yo, que sufrimos al tratar de deleitar al otro. Ya en pasadas ocasiones quedé como un saco de combustible orgánico cuando se lo entregué. Vi como su rostro trataba con todas sus fuerzas de aparentar agrado, forzaba a que sus labios sonrieran aunque ellas se negaran profundamente. Otras no me dijeron palabra, solo me acribillaron a quemarropa con una miradas tan odiosas que harían llorar a cualquiera. Mientras más bonitas más rencorosas. Luna fue la más directa en sus expresiones: “Que asco”, murmuró delante de mí. Vaya chica; no la he vuelto a ver. Son tan distintas unas de otras. Creemos conocerlas bien pero siempre hay facetas, caracteres, placeres que ignoramos. No las conocemos a ninguna ¿Quién puede ser capaz, tan valiente de decirse que es un total conocedor del pensamiento femenino? ¿Acaso existe ese ser? Lo dudo realmente.
Qué le vamos hacer. Me metí solo en esto y de la misma forma debo salir. Solo espero que no me lo aviente por la cara cuando se lo dé. ¿Cosméticos? No. pensaría que la estoy tildando de fea. ¿Peluches? Tampoco. Son generadores de malentendidos; no puedo cometer el mismo error dos veces. ¿Joyas? Pucha, estoy misio. Mis bolcillos están más vacíos que la cabeza de Susy Díaz. ¡Ahhh! Regalo es regalo. Se lo entregaré y saldré volando antes que se desquite conmigo. Los abrazos y los buenos deseos debieron ser suficientes. Regalos, amigo secreto. ¡¿Quién fue el mal nacido que inventó todo esto?!

. . .

No estuvo tan mal. Solo un puñete, estoy mejorando.

Iósiv Bado
Imagen: Hectitor.

Nota 1: !!Que tengan unas Felices Fiestas!!
Nota 2: Me gustan los libros (novelas). Por si acaso.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Who are?


¿Quién eres? Ah, ¿Quién yo? Sí, ¿Quién eres? Ja, ja, ja, no amig@. Si sigues haciendo mal la pregunta no te la voy a poder responder. A ver, a ver, primero, tranquilízate, piensa bien, ¿ya? Ahora formúlala de nuevo. Em… ¿Quien es usted? No, mano, no. ¿Acaso estoy solo? El que no los puedas ver no quiere decir que no estén, ¿Qué no los sientes? El ruido que hacen al respirar, el olor característico que cada uno despide, el humor que ostentan. Bueno…entonces ¿Quiénes son? Carajo, no pues, pucha, mejor te doy una manito con tu interrogante, ¿esta bien? La pregunta es simple: Ejem, ¿quiénes eres tú? ¿Entiendes? ¿No, nada, nadita? Ay. Si yo te pregunto ¿Quién es usted? Seguro me responderá algo así como ‘Juan Pérez’. ¿No sientes algo de vergüenza de ser, simplemente ‘Juan Pérez’? ¿Ser sólo eso? Pero ojo, no te confundas, no me estoy burlando de tu nombre, eso nunca.

A donde quiero llegar es el porqué de querer mantenernos en una incipiente unidad personal que no hace más que brindarnos una tenue y paupérrima vida. No te aferres a una existencia monosemántica, mi amigo, en donde se sigue un libreto que se eligió desde el principio y te limitas a repetirla una y otra vez, de memoria. ¿Eso no te cansa, no te aburre, no te desespera? Desempeñando el mismo papel, en cada escena, toda la vida, noche y día, viviendo casi mecánicamente.

Como una idea, tenemos al señor Jung que nos hablaba de la ‘persona’ que la consideraba como una parte diferenciada de la personalidad, que consiste en lo que aparentamos frente a los demás, en oposición a lo que en realidad somos. O sea que, lo que llama ‘persona’ es el rol que los individuos eligen representar en la vida, la impresión global que desean transmitir de sí mismos en el mundo social exterior. Yo no me refiero, exactamente, a esta explicación psicoanalítica. Puede que parezca que lo que les digo sea la misma afirmación que realiza el señor Jung –a mi punto de vista verdadera- pero no es así, amig@. Él habla de una dualidad personal frente a nuestros semejantes, la división de la persona en dos, una interna, los que somos en realidad, y otra externa, la que fingimos ser.


Lo que a mí me interesa es sólo lo interno, nuestro verdadero yo. Eso es lo que debemos desdoblar; pero no solo en dos, sino en varias, y mientras más sean, mucho mejor. El extraño caso del doctor Jeckyll y mister Hyde es una buena referencia, pero no a su manera, con químicos y toda esa vaina, sino concientemente. El doctor Jeckyll realizó su transformación para cambiar su mentalidad, y a partir de ahí se reflejó a los otros. Lo hizo por él, para sentirse bien consigo mismo, no para figurar.

Y nosotros, ¿por qué no ir más allá? No debemos conformarnos sólo con ser dos personas, como el doctor; enriquezcámonos siendo cuantas queramos, cuantas deseamos. Abramos nuestras mentes para pensar, sentir y actuar con un variopinto de personalidades diversas, y hasta desconocidas para uno mismo. Ampliemos fronteras, conquistemos terrenos, plantemos bandera en sensaciones no experimentadas; enraicemos sobrepasando la maseta que nos detiene, absorbamos nuevas enzimas, desarrollando, de esta manera, facetas que hagan de nuestra vida una existencia más interesante y agradable.

Pucha, ya me estaba olvidando de absolver la interrogante que me propusiste, que por cierto, tuve que corregirla para responderte de manera satisfactoria y que exprese con aires sencillos el concepto de mí. Espero que cubra las expectativas de tu pregunta, y por qué no, también las mías, porque sabes, ¿quién tiene bien claro lo que uno mismo es? Pero pasemos a contestar.
¿Quiénes 'soy' yo? Pues…


Iósiv Bado
Imagen: LOWON

lunes, 7 de diciembre de 2009

Quedamos dos.


Hoy soy la sombra de un recuerdo que tuvimos,
el zapato viejo que arrojaste al vacío.
Me abandonaste sin regalarme los motivos,
con niño en brazos me quedé solo y confundido.


No era su padre, eso lo supe desde el principio;
aun eso lo tuve y lo firmé con mi apellido.
Ahora te marchas. Anda, búscate otro marido.
Maldito el día en que la doña te ha parido.


Tiene tus ojos, sus cabellos se parecen los míos
jugamos juntos y a carcajadas nos reímos.
Me dice: “papi, tú eres mi mejor amigo”,
y por la noches con la tele prendida nos dormimos.


Te agradezco por, de la casa, haberte ido,
por librarme de una vida insípida contigo;
de tener que aguantar las críticas de tus hermanas y tíos,
y peor todavía, de tus viejos, que me tildaban de vago y mantenido.


Formé mi propio hogar al lado de este hijo.
Está creciendo bien rápido, tiene seis años cumplidos,
está por terminar el primer grado y ya lee de corrido.
No tiene muchos amigos por su calidad de introvertido,
“Eso no importa papito, porque te tengo conmigo…”

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, PA!
Gracias por estar ahí...


7.
Imagen: LOWON