Platícame en secreto de tus encuentros con mi cuerpo.
Grita de gozo cuando mis manos te exploren.
Siente mi boca trepando por tus valles,
por tus ríos vellosos, por tus tibias calles.
Mientras lamo la sabia que me deja casi muerto,
y carcomo las ansias que dormitan en tus pechos;
tú reflejas el erotismo en gemidos moribundos,
censurando el placer de compartirnos desnudos.
Abro el compás de tus columnas contorneadas;
sigo subiendo, deslizándome sediento.
Me hago un camino por esos muslos coloridos
acampando en el bosque que mantienes escondido.
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Imagen: LOWON